

Ningún alimento, por sí mismo, tiene la capacidad de evitar o curar la COVID-19, pero sí, en su conjunto, una alimentación, variada y equilibrada puede ayudar a mejorar la capacidad de recuperación del paciente, disminuyendo el riesgo de desnutrición y mejorando los mecanismos de defensa del organismo.
Antes de empezar a escribir el post que hoy titulo, me voy a permitir realizar una aclaración: según la Real Academia Española (RAE) hablamos de “la COVID-19” considerando el artículo en femenino el más “adecuado” para nombrar al acrónimo “COVID-19” cuando se sobrentiende el sustantivo “enfermedad”. Sin embargo, desde la RAE también se reconoce “aceptado” el uso del artículo en masculino “el COVID-19” por “influjo del género (<<coronavirus>> y del de otras enfermedades víricas <<el ébola, el herpes, el zika>>…), que toman por metonimia el nombre del virus que las causa”.
¿Qué se recomienda?
- La nutrición debe de ser eficiente, ajustada al metabolismo de cada paciente, para que el sistema inmunitario no se vuelva más vulnerable ante el virus.
- Disminuir el consumo de hidratos de carbono sencillos (harinas refinadas, azúcares simples, cereales refinados, dulces y bollería industrial) a favor de los hidratos de carbono complejos.
- Se recomienda el consumo de 2-3 raciones de legumbres semanales, en todas sus variedades.
- Se recomienda el consumo de cereales integrales procedentes de grano entero (pan integral, pasta integral, arroz integral).
- Las ingestas proteicas deben de ser adecuadas para evitar la pérdida de masa muscular. Carne, pescado, huevo y proteína vegetal deben de estar presentes diariamente en la alimentación pero sin excesos. El exceso de proteínas puede aumentar la producción de dióxido de carbono pudiéndose agravar la “fatiga” o “falta de oxígeno”, síntomas asociados a la enfermedad.
- Debemos de elegir fuentes de proteína de calidad:
- Consumo semanal de carne y pescado (limitando el consumo de carne roja a “ocasionalmente”)
- Consumo diario de lácteos (queso, yogures, leche)
- Consumo de 3-4 huevos semanales
- Debemos de elegir fuentes de proteína de calidad:
- La Agencia Española de Nutrición y Dietética, advierte de la importancia del consumo de frutas, verduras, y hortalizas en estos pacientes por su riqueza en minerales, vitaminas, fibra y antioxidantes.
- Se debe de evitar el consumo de grasas no saludables presentes en los alimentos procesados, sustituyéndolos por grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, o los frutos secos (crudos o tostados).
- No hay que olvidar, que no se debe de sobrepasar el consumo de 5.0 gramos diarios de sal y que hay que mantener un buen estado de hidratación, por lo que se recomienda beber entre 1,5 y 2.0 L diarios, siendo el agua la bebida de elección.
- Evitar el consumo de alcohol, tabaco y por supuesto, de cualquier tipo de sustancias prohibidas.
Durante el periodo de recuperación, es muy importante complementar la dieta saludable con un horario regular de comidas y sueño a la vez que realizar actividad física moderada.